Fundamentos

Educación en Sueños y Ecología Profunda

Los sueños son ecología profunda

¿Por qué hablo de Educación en Sueños?


Le voy a dar la palabra a la educadora, Maria Montessori: «Todo adulto que se esmere en trabajar por los niños tiene que tomar conciencia de su función primordial, que es revelar el alma del niño.»


Esta es la función de la educación que me parece más apropiada y bella: Acompañar para que la exploración y la experiencia vivida revele el alma de la persona. De niños y niñas somos bien soñadores. Tenemos una gran capacidad de estar conectados entre el mundo visible y el invisible y la capacidad de imaginar y crear a través de la imaginación realidades creativas, realidades metabolizadas.

Durante tiempo se educaba desde la consideración de que en la infancia somos folios en blanco. Hoy, sabemos que eso no es cierto, que somos semillas llenas de potencial a ser desplegado. El ser humano nace con una conciencia espiritual natural. Somos receptivos a esa sabiduría espiritual directa siempre y cuando la socialización no nos saque de esa conexión. Los sueños nos devuelven a esa relación intrínseca con la continuidad del espíritu en nosotros, con la continuidad del misterio al que pertenecemos.

En la relación con los sueños como adultos, nuestros niños y niñas aparecen muy a menudo, reclamando con su presencia que sigamos revelando nuestra alma, que le demos el espacio para remendarla, si hace falta. El sueño pertenece a quien lo ha soñado. Acompañar en acercar a la persona a su sueño es para mí, fundamentalmente, educación.

Cuando hablo de Educación en Sueños y Ecología Profunda, esta es mi aproximación: cada sueño, en sus diferentes capas, puede revelar muchos aspectos de la vida de una persona, desde lo más personal a lo más cósmico. Este texto quiere reconocer esta dimensión más cósmica: nuestros sueños son expresión de nuestra espiritualidad y de la espiritualidad de la Tierra misma. Nuestra alma está en relación con el alma del mundo. Pertenecemos a una Tierra que está viva y en evolución.


Gaia, nuestro planeta azul


Tener presente la imagen de la Tierra desde el espacio es algo relativamente nuevo. La primera fotografía que se toma en el espacio y que da pie a llamar al planeta Tierra, planeta azul, corresponde a la misión del Apolo 8 que fue a rodear Luna, en el año 1968. Esta imagen es la que inaugura la era global, la que nos permite tomar conciencia de la unidad del planeta Tierra, en el vasto cosmos. Algo empieza a cambiar en la psique individual, colectiva y de la Tierra misma. La Tierra se ve a sí misma a través de la retina humana.

Cuando en el año 1969, el científico James Lovelock desarrolla la Teoría de Gaia, está demostrando lo que los pueblos originarios, los pueblos cuyas cosmovisiones están vinculadas a la pertenencia a la Tierra, saben desde hace milenios: Todo en la biosfera del planeta, desde las bacterias a los elefantes, desde las algas a las ballenas, los robles, tú y yo, puede ser considerado como un único organismo que se autorregula a escala planetaria. Todo en el planeta, de lo inorgánico a lo orgánico, está relacionado y es interdependiente, como lo son las células de nuestro cuerpo. El planeta Tierra es un gran organismo vivo.

En muchas sociedades del mundo y a lo largo de la historia, los sueños han tenido y continúan teniendo un papel importante en el conocimiento de las necesidades y deseos de los miembros de la comunidad y sus ecosistemas. Se ha entendido siempre que la Tierra en la que vivimos está viva e interconectada. Hoy en día, los nuevos paradigmas de la ciencia como la física cuántica y la teoría de sistemas, avalan esta conciencia viva que conocemos también como Gaia.


La Tierra nos habla en sueños


Relato de 2 de mis sueños del verano de 2018. Pocos días los separan.

“Estoy en un auditorio con mucha gente. El profesor va haciendo una pregunta a cada persona asistente: ‘¿Cuál sería tu intención si en un sueño despertaras a la lucidez?’ Cuando llega mi turno respondo: ‘Quiero saber cuál es el mensaje que la Tierra tiene para mí’.”

“Voy por un camino que no conozco. Me siento bastante desconcertada y confusa. Con esa sensación de pesadez física, me cuestiono si no estoy soñando. Tomo lucidez y recuerdo mi intención del sueño anterior. Decido poner mi cabeza cerca de la Tierra y permitir que ella me susurre su mensaje al oído. Me dice, emocionada: ‘Lo has recordado’.”


Me desperté de este segundo sueño con una profunda reverencia y sensación de humildad. Desde la conciencia de vigilia, esperaba algo grandilocuente, como una revelación, en mi intención de recibir un mensaje. Y lo que recibí fue la compasión y la alegría de la Tierra de ser reconocida consciente. El sueño me abrió la puerta a una conciencia más profunda de las sutilezas de la relación con la Tierra que nos acoge, cuerpo adentro.


El inconsciente del mundo – La psique de la Tierra


No necesitas hacerlo todo. Haz aquello que toca tu corazón. La acción efectiva proviene del amor. Es imparable y es suficiente.” Joanna Macy


La Tierra se comunica a través de las muchas formas de vida del paneta. Si afinamos nuestra escucha, podemos recibir esos mensajes del mundo visible y sabernos conectadas a una fuente invisible. Stephen Aizenstat lo llama el inconsciente del mundo, diferente del inconsciente personal y del inconsciente colectivo. Este inconsciente del mundo implica reconocer la subjetividad y la vida interna de toda la vida, incluida la Tierra misma. Hoy, el reconocimiento de las subjetividades y valores intrínsecos de la vida no son sólo parte de las cosmovisiones indígenas sino que empiezan a hacerse lugar en nuestras sociedades occidentales a través de la consideración legal de los derechos de la naturaleza y de las implicaciones del ecocidio.

De esta manera, podemos tomar nuestros sueños no sólo como una expresión que acompaña nuestro camino evolutivo personal, sino que nos abre a mirar nuestros sueños como historias que acompañan la evolución de toda la vida en la Tierra, sabiéndonos parte de una red de vida mayor a nosotros mismosLas sincronicidades, entendidas como conexiones sin causa-efecto aparente, son el distintivo de la naturaleza onírica también de la vigilia en la que la Tierra está expresando un sueño a través de nosotros. Es la realidad psíquica de la vida que se expresa en nuestros sueños.

La ecología profunda es reconocernos como parte del cuerpo vivo de la Tierra. Los sueños son ecología profunda.

La ecosofia es la escucha de la sabiduría de la Tierra. Los sueños son ecosofía.


Para manifestar nuestros deseos, hemos de ser capaces de soñarlos primero. En este sentido, la respuesta a la crisis ecológica que vive el planeta está en relación simbiótica con la metamorfosis de la psique, del alma, de la conciencia humana, es decir de la manera en que consideramos nuestra existencia psíquica y material.


El espacio entre historias


«Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí me dijo un pajarito que estamos hechos de historias». Eduardo Galeano


La evolución de la cultura y el pensamiento occidental se ha basado en considerarnos separados del resto de la Naturaleza. Esta lógica de la separación es la que ha permitido someter, dominar y explotar la naturaleza, humana y no humana. Esta narrativa ha creado el mundo en el que vivimos y que ya no se sostiene ante las diferentes crisis que se van superponiendo.

Necesitamos enraizar más profundamente una nueva narrativa que incorpore la interrelación e interconexión de toda la vida. Cada uno debe ser un ser diferenciado del otro, pero no por ello separado. En palabras de Charles Eisenstein, estamos en un período de transición entre historias: de la Historia de la Separación a la Historia del Interser.

Nuestros sueños también nos cuentan diferentes historias. Si prestamos atención percibimos que existe un guión de vida según el cual nos movemos y a la vez brotes de nuevos guiones que quieren emerger. Podemos mirar nuestros sueños como catalizadores de atención a patrones sistémicos limitantes. Las historias que me cuento de mi vida deben ser escuchadas, atendidas, honradas y en algún momento del recorrido, permitir que esas historias vayan mutando gracias a las nuevas tramas que van emergiendo. A nivel individual, también podemos darnos cuenta de dónde estamos en la Historia de la Separación y cómo ir hacia la Historia del Interser.

¿Qué pasa cuando cambiamos la manera de contar las historias de nuestra vida?

¿Qué pasa cuando las imágenes y los relatos de los sueños nos abren a una realidad más amplia?

¿Qué nuevas historias queremos vivir al integrar nuestros sueños a la vida de vigilia?

¿Qué nuevos rumbos nos atrevemos a tomar cuando estamos a la escucha de la voz del sueño, que es la voz de conexión con el alma, la propia y la del mundo?


Puedes encontrar más información sobre mis propuestas en el apartado de Talleres Presenciales y en el de Talleres Online. Si lo prefieres, también podemos encontrarnos en sesiones individuales.


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